Mario Bragachini

Magister en Mecanización Agrícola – Ingeniero Agrónomo

Al Ingeniero Mario Bragachini  se lo destaca por su activa participación en la vinculación tecnológica con los emprendedores nacionales e internacionales. Estas actividades generaron un gran impacto en la producción y en el desarrollo social. La mayoría de sus trabajos se transfirieron al sector agropecuario, generando cambios productivos trascendentes en la producción agropecuaria nacional. Ha sido distinguido por el Consejo Directivo Nacional de INTA y nombrado con el cargo de Técnico Consulto, primer y único caso en la institución;  en el año 2006 recibió el Premio Cordobés del Año.

Nació el 9 de mayo de 1953 en la ciudad de Oncativo, provincia de Córdoba. Habiendo culminado sus estudios secundarios, en el año 1971 inició la carrera de agronomía en la Universidad Nacional de Córdoba, obteniendo el título de Ingeniero Agrónomo en el año 1978. A los dos años ingresa al INTA como becario y permanece durante 5 años con esa función en la Estación Experimental Agropecuaria Manfredi, hasta que en el 1985 es nombrado Técnico Investigador Agrícola en la misma unidad. Poco después, viaja a Italia para realizar el curso de mecanización agrícola. Sin perder tiempo, entre el año 1988 y el 1990, realizó el curso de post grado en la Universidad Nacional de La Plata, en la que obtuvo la maestría en Mecanización Agrícola.

A finales de la década del `80 y principios de los `90, inicia una etapa de grandes proyectos que posicionarían al INTA, tanto en el sector agropecuario como en la opinión pública en general, como organismo de vanguardia. Aquí encabezó la creación del famoso y reconocido INTA PROPECO, el Proyecto para la Eficiencia de Cosecha que reunió más de 40 técnicos de 16 unidades del INTA y que marcó un hito del sector agropecuario argentino, logrando la mayor visibilidad de la institución a nivel nacional. Lo que con el paso de los años se convirtió en el famoso Proyecto PRECOP, con la inclusión de la temática de la postcosecha de granos.

Casi de manera superpuesta, y en respuesta a una mayor demanda de información sobre la producción de forrajes conservados de alta calidad, Bragachini coordina la creación del mítico PROPEFO, el Proyecto para la Eficiencia de Forrajes Conservados, que nació en el año 1993 y permaneció hasta el 99. 

A esta altura, la vida profesional del ingeniero Bragachini se entregaba por completo a la extensión y la divulgación técnica. Este hombre que dedicó su vida al INTA, fue capaz de liderar importantes procesos de transformación para el sector productivo.

Pero en este repaso, todavía a esa altura quedarían dos proyectos que lograron una nueva revolución en el campo argentino. Uno relacionado al avance tecnológico del agro, que sería la difusión y desarrollo de tecnologías de Agricultura de Precisión, que inició con el primer mapa de rendimiento en el año 1996, realizado en cosecha de trigo en la Estación Experimental Manfredi. 

Y el otro, que al pasar el tiempo escaló hasta convertirse en política de estado del país, que tiene que ver con el Agregado de valor en origen. Con este proyecto que nació hace 10 años y que en la actualidad permanece en vigencia, propone que el productor deje de exportar commodities para ascender en la cadena de valor y transforme sus granos en proteína animal y bioenergía, participando del negocio que hasta ese momento no tenía acceso.

Es difícil resumir en un texto la carrera y los logros de un prócer del sector agropecuario argentino como lo es Mario Bragachini, porque cuesta contar en poco tiempo que también hizo los primeros ensayos de almacenamiento de granos en bolsas plásticas, que lideró misiones internacionales para la exportación de maquinaria agrícola argentina a más de 30 países; colaboró y coordinó desarrollos de maquinaria agrícola; fue jurado en infinidades de concursos de innovaciones tecnológicas en maquinaria agrícola; realizó múltiples ensayos de extensión adaptativa; trabajó en el desarrollo de la mecanización de cultivos extensivos (como soja, trigo, sorgo, maíz) y hasta de producciones regionales (como maní, caña de azúcar, entre otros). Por ser un efusivo defensor de la labranza cero y por su incansable trabajo de difusión y transferencia de la tecnología a diferentes países del mundo, se lo reconoce como uno de los padres de la siembra directa.

Ha recibido muchos reconocimientos y premios a lo largo de su carrera, entre ellos el premio “Eladio Aranda” otorgado por el colegio de Ingeniero Agrónomo de Centro y Canarias, Madrid, por el mejor trabajo del Congreso de Maquinaria Agrícola, en Zaragoza, España.

En el año 2006 fue distinguido por el Consejo Directivo Nacional de INTA y nombrado con el cargo de Técnico Consulto; en el año 2006 recibió el Premio Cordobés del Año, entregado por La Voz del Interior; y en el 2008 obtuvo un reconocimiento por la distinguida intervención en eventos agropecuarios y la valiosa colaboración en materia internacionalización de la maquinaria agrícola, otorgado por la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (CAFMA).