Según Juan Rondan, investigador del CEPROCOR, doctorado en estudios genéticos-poblacionales de Aedes aegypti y sus patrones de colonización en la Argentina, hoy los ciudadanos tienen información sobre este vector, pero hay que seguir trabajando en prevenir que el mosquito no se propague, ya que es la manera más eficiente de minimizar los casos de dengue, chikunguya y zika.

Como se sabe, la propagación de estas enfermedades depende, en gran medida, de la densidad poblacional del vector que la transmite (el mosquito). La medida más eficiente hasta el momento se orienta a disminuir la cantidad de mosquitos presente en nuestras comunidades. Por ello, la concientización y participación comunitaria son cuestiones críticas para abordar el problema.

Simplemente, controlar y eliminar los recipientes en donde los mosquitos se pueden reproducir son acciones fundamentales que todos podemos y debemos realizar.

“La mayoría de las personas sabe cuál es el nombre del mosquito que transmiten estos virus (Aedes aegypti) pero no todos tienen en claro cuáles son sus hábitos, los lugares que prefiere, cuánto vive el mosquito, entre otras cosas”, afirma Juan Rondan, investigador del CEPROCOR.

Rondan es Biólogo y Doctor en Ciencias Biológicas, realizó su tesis Doctoral en estudios genéticos-poblacionales de Aedes aegypti y sus patrones de colonización en la Argentina. Desde 1998 se dedicó a la investigación científica del mosquito. Sus investigaciones  se basaron en patrones de colonización y distribución del mosquito Aedes aegypti en la Argentina y la provincia de Córdoba.

Las acciones que cobran mayor relevancia son las de prevención

 Tapar herméticamente todos aquellos recipientes artificiales creados por el hombre para el almacenamiento del agua (tanques; baldes; fuentones), eliminar los recipientes desechados ya que estos se convierten en los criaderos más importantes (frascos; envases de bebidas; latas; floreros; canales del tejado; bebederos para animales; recipientes con plantas acuáticas) y mantener limpias las piletas.

Un párrafo aparte merece, según Rondan, los neumáticos. Para el científico éstos se convierten en el hábitat preferido para la oviposición del mosquito transmisor del Dengue chikungunya y zika, ya que pueden acumular cantidades de agua suficiente y crear un microclima propicio para su reproducción.

Según el investigador, el gran parque automotor de Córdoba genera miles de cubiertas usadas que se acumular dentro y alrededor de las viviendas, creando las condiciones favorables para la reproducción del mosquito.  “Se deberían fumigar todas las gomerías y controlar periódicamente que no se junte agua en las gomas usadas y eliminar las que no son útiles, esto último lo puede hacer cada dueño”.

Por ejemplo en Brasil donde todo el año tienen casos de dengue, se eliminan periódicamente las gomas usadas y las que están colgadas en las gomerías tienen huecos para que no se junte agua en ellas”, explicó Rondan y advierte: “En países en vías de desarrollo los neumáticos nunca son descartados, por el contrario, existe un gran intercambio comercial de éstos. Esta práctica contribuye notablemente al transporte pasivo de huevos y larvas”.

Llegó el invierno ¿se acabó el problema?

 “Sí es cierto que con el arribo de las bajas temperaturas el mosquito transmisor del Dengue chikungunya y zika desaparece en nuestra provincia. Ahora, lo que muchos ignoran es que sus huevos pueden mantenerse con vida aún en lugares completamente secos, durante un año, esperando las condiciones climáticas propicias para eclosionar”, afirma Rondan.

 Entonces, la llegada del invierno puede convertirse en un arma de doble filo ya que los sistemas de control y las medidas sanitarias y de prevención se relajan sobre la falsa creencia de que la amenaza está superada.

Es por eso fundamental advertir que las medidas preventivas, aún con bajas temperaturas, deben continuar porque de lo contrario en las estaciones de más calor el problema se agravará.